martes, 20 de noviembre de 2007

Alta Definición

En los tiempos que corren, es difícil encontrar en las tiendas un televisor CRT de esos, mamotréticos. Ahora casi todo lo que se venden son televisores planos, más ligeros, más bonitos, que ocupan menos, y que prometen verse mucho mejor que los viejos mastodontes. ¿Es ésto cierto?

Pues sí y no. En realidad mucha gente llega a su casa, después de desembolsar 2.000 eurazos, encienden la tele, ponen un canal de televisión y se encuentra con que su fantástico televisor se ve "como el culo". Seguramente llamarán a la tienda, se cagarán en todos los demonios y familiares del fabricante y vendedor, y acabarán devolviendo el aparato, o resignándose a ver de pena aquello que antes se veía más o menos decentemente.

Y es que aunque nos han vendido que en este país (España) la Televisión Digital Terrestre tiene muchísima más calidad que la analógica, en realidad mienten. La TDT es imagen y audio comprimidos, por lo que la información que vemos en nuestras pantallas es muchísima menos de la que veríamos mediante una transmisión analógica. Además, el ancho de banda de una transmisión analógica es enorme pero constante (una imagen sin comprimir siempre ocupa lo mismo en bytes), mientras que una transmisión de vídeo digital suele también tener un ancho de banda constante (o al menos bastante limitado) pero la imagen está comprimida. Esto implica que habrá imágenes que se verán muy bien, ya que consumen poco ancho de banda, y otras que se verán fatal (p.e. imágenes complejas con mucho movimiento). Suele producirse en éste último caso un efecto de "cuadriculado" en la imagen (muchas personas lo llaman cariñosamente "pixelado").
La televisión digital tiene sus pros, por supuesto. Desaparecen casi por completo los problemas de imagen doble (rebote de señal en edificios colindantes o similares). La televisión digital es como la telefonía móvil actual (GSM). O se oye, o no se oye. Ahora te escucho, ahora no, pero no oigo interferencias entre medias (al menos en teoría).
Pero vayamos por partes, no nos aturullemos, y desgranemos el problema paso a paso, para finalmente entender qué está pasando con nuestra super-tele-bien-cara-que-se-ve-de-pena.

En primer lugar, deberíamos comprender cuáles son los formatos de imagen que existen en España (y en muchos otros países), cuáles son los más utilizados, los que están llegando, y los que están por venir.

Hasta ahora, el formato más conocido de imagen disponible en España era el PAL. Su resolución es de 768x576. Si dividís 768 entre 576, obtendréis 1.33333333333... casualmente lo mismo que cuando dividimos 4 entre 3. Esto es, la relación de aspecto de una imagen PAL es de 4:3 ¿os suena ese término? Esto es, cuatro pixels de ancho por cada tres de alto, o lo que es lo mismo, una imagen casi cuadrada, pero un poco más ancha que alta.

El formato PAL no está nada mal, pero evidentemente tiene sus pegas en los televisores modernos. Haced una sencilla prueba. Utilizad una hoja cuadriculada (la de un cuaderno cualquiera), y pintad mediante puntos en las intersecciones de los cuadros, un dibujo cualquiera (una casita, qué se yo). Pintad la casita utilizando ocho cuadros de ancho por seis de alto (esta resolución también cumple la relación 4:3, evidentemente). Ahora recortad el dibujo con una tijera.
Es el momento de ir a una fotocopiadora (si no tenéis una imprenta a mano, o una impresora multifunción, habrá que imaginarse el resto del proceso, o ser un pelín creativo). Ampliaremos el dibujo de la casita para que ocupe el mayor tamaño posible dentro de un folio (sin que se salga, por supuesto). Miramos el resultado. ¿Qué vemos? ¿Una casita? No. Vemos unos cuantos puntos desperdigados en un papel DIN A4.

Esto mismo (aunque menos exagerado, por supuesto) es lo que ocurre con los fantásticos y maravillosos televisores de 42" cuando reproducen algo en formato PAL. Estiramos una imagen de 768x576 puntos que veíamos correcta y cómodamente en un televisor de 20 ó 25" a una pantalla que tiene prácticamente más del doble de superficie. Alguno dirá "ya, pero en el cine la pantalla es gigante, y no se ve nada mal" y yo le contesto "pues acércate a tres metros de la pantalla, a ver qué tal se ven los puntos de la imagen, salao". Si nos sentamos a seis metros, en lugar de tres, de nuestro televisor de 42" con imagen PAL, veremos las cosas mucho mejor, pues la lejanía reproduce el mismo efecto que tener un TV más pequeño.
Además, debemos tener en cuenta que los televisores actuales suelen tener formato panorámico (más conocido como 16:9, debido a su relación de aspecto, es decir, casi el doble de anchas que de altas) y que suelen, por defecto, "estirar" la imagen mostrada para que ocupe la totalidad de la pantalla. La suma de ambos problemas es el resultado que antes comentaba: al del telediario se le ve más gordo, y "como el culo".

El problema, evidentemente no es de nuestro televisor, sino de la fuente de imagen con la que estamos alimentándolo. Estos aparatos soportan nuevos y más modernos sistemas de imagen que PAL, conocidos como "Alta Definición". Quizá os suenen los términos 720p, 1080i ó 1080p, HD Ready o Full HD. Son algunos de los nombres que se suelen utilizar para identificar el tipo de tecnología que soporta un televisor actual.

720p (o HD Ready).
Es el nombre que se da a un televisor que es capaz de ofrecer una imagen de al menos 1280x720 puntos sin hacer "enjuagues" ni triquiñuelas. La mayoría de televisores HD Ready en realidad ofrecen 1366x768 puntos de resolución, pero con la misma cubren lo requerido. Digamos que son "preparados para la ver contenidos en alta definición", pero yo prefiero definirlos como "mejores (con diferencia) que uno PAL, pero no son todo lo que se puede ser".

1080i
Se trata de un televisor capaz de soportar imágenes a 720p de resolución, y además 1920x1080, pero usando el modo entrelazado, esto es, cada fotograma es en realidad la mitad de un fotograma. El primer fotograma corresponde a las 540 (1080/2) líneas impares de un fotograma, y el segundo corresponde a las 540 líneas pares del siguiente. El ojo humano generalmente ni se entera de este trapicheo, y se necesita mover menos información por segundo para hacernos disfrutar de una película.

1080p (o Full HD).
Hablamos ahora de un televisor capaz de trabajar con imágenes a 720p y a 1080p (la "p" significa "progresivo") es decir, a 1920x1080. Una pasada, ¿no? Para los que conozcan la terminología de las cámaras de fotos digitales, 1920x1080 equivale a 2 megapixels. ¿A que ya no lo es tanto?

Pues bien, si lo que queremos es que nuestro televisor muestre imágenes a la altura del número de "cuadraditos" del que dispone, deberíamos reproducir contenidos con dicha resolución. En este momento existen varias alternativas. Bien películas en formato Blu-ray, peliculas en HD-DVD, o fotografías de dos o más megapixels reproducidas a través de un dispositivo con salida de imagen de alta definición (esto es, si reproducimos una fotografía de 10mp con un reproductor de DVD, que es PAL, obtendremos una fotografía de 768x576 puntos en nuestra TV de 42", y se verá de pena). Hay diversos dispositivos con capacidad para mostrar imagen en alta definición. Las videoconsolas PS3 de Sony, Xbox 360 de Microsoft, e incluso la Xbox 1 de Microsoft, con algunos pequeños cambios (entre ellos, pasarla a "modo americano" con un determinado software para que soporte alta definición). También existen algunos reproductores portátiles con disco duro incorporado con salida de alta definición, pero son pocos, y en nuestro país no abundan, la verdad. También serviría cualquier emisión digital en alta definición (creo que por TDT ningún canal lo hace, todos usan PAL, y por DVB, en nuestro caso Digital+, donde no tengo claro si algún canal se ha atrevido ya a emitir con tal definición).
Pocas alternativas más quedan (seguramente he omitido alguna, pero os prometo que ha sido sin querer), así que es importante que lo tengáis en cuenta para sacar el mayor rendimiento a vuestro televisor, o al menos, tener claro que si no se ve bien no es culpa del aparato (siempre que no sea un 42" que haya costado 100 euros, por supuesto) sino de la fuente.

Los cables
Otro motivo de controversia, y fuente de problemas son los cables con los que conectamos la fuente de imagen a nuestro televisor.
¿De qué nos sirve tener un reproductor Blue-Ray, y una TV 1080p si conectamos ambos mediante un conector S-Vídeo o Scart (más conocido aquí por Euroconector)?

Los cables (según su conector) más comunes son estos (en orden de menor a mayor resolución o calidad de imagen):

- RF (el conector de antena de toda la vida)
- Vídeo Compuesto (es un conector RCA)
- S-Vídeo
- Componentes
- VGA
- DVI (sólo transporta vídeo, no audio)
- HDMI
- DisplayPort (de momento, en inglés en la wikipedia)


Para hacer uso de la alta definición, es necesario utilizar VGA, DVI, HDMI, DisplayPort (aún está en pañales, y pocos dispositivos tienen este tipo de conector), o componentes. Tanto el cable de RF, como el de Vídeo Compuesto como el de S-Vídeo o el Euroconector no permiten enviar una señal HD (High Definition).

El Euroconector no está presente en la lista, pues simplemente es un conector "estándar" que en realidad utiliza unas patillas u otras para transportar la señal en S-Vídeo, Vídeo Compuesto o RGB (pero RGB PAL) e incluso el audio.

Con el tiempo otros formatos de imágen con mayor definición están por llegar. Se habla de tamaños iguales o superiores a 2560x1600. Eso si, de momento disfrutemos de (o mejor dicho, comencemos a adaptarnos a) los formatos que en la actualidad son una realidad, y dejemos para el mañana esas otras cuestiones. Eso si, que nadie piense que su insuperable LCD de 42" lo será por mucho tiempo. Antes o después nuevas tecnologías desbancarán a las actuales, igual que los plasmas y LCDs han dejado en el olvido a aquellos tubos Trínitron que "ofrecían la mayor calidad que se pudiera llegar a soñar jamás".

Espero haber aclarado alguna duda con todo este tostón de post. De no ser así, ¡comentarios a discrección!

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